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Este es un tema ampliamente debatido en la web. Yo pienso que el enfoque de esta pregunta debe cambiar y al final del artículo quiero proponer una manera alterna de abordar este tema.
Es interesante pensar que como usuarios de tecnología esperamos a veces que la tecnología haga cosas por nosotros que realmente no podemos delegar. Visualizamos a la tecnología como una película futurista donde la tecnología es representada por robots con los que vamos a interactuar como si fueran otros seres humanos. La realidad es muy diferente.
Para aclarar el punto pongamos un ejemplo. En mi caso tengo un pleito de casado con Siri de iPhone. Nada que no se pueda resolver, pero tengo que hacer cambios en mis contactos más usados para que cuando, por ejemplo, pido marcar a la casa no me repita “casa 8181935476 ó casa 8181935475”? He contestado, 1) “el primero”, 2) “el segundo”, 3) “el que sea”, incluso 4) “8181935476” pero Siri se queda pasmada o me contesta incoherencias. Tan fácil como cambiar el nombre del número de teléfono a “casa 1” y “casa 2”.
Los usuarios debemos aprender a utilizar la tecnología de manera productiva. En algunas implementaciones hemos visto la intención de utilizar la tecnología para que se convierta en una herramienta a prueba de errores. Sin embargo, si la persona que interactúa con la tecnología olvida que es solo un medio que facilita las funciones entonces caemos en la disfunción de querer blindar a la tecnología y la volvemos disfuncional.
Mi papá trabaja con maquinaria pesada y me acuerdo que en los 70’s íbamos a comprar partes a Texas para hacer alguna reparación. Uno de esos días platicando con el representante de la empresa donde compraba las partes lo oí decir que ¡no, el foquito rojo no es suficiente para llamar la atención del operador, en México necesitamos que además, si el operador hace caso omiso, que el asiento tenga un propulsor para catapultar al operador por no detener la máquina para revisarla…y que además, cuando esté en lo alto…explote! Solo le faltó decir “y al mismo precio”! Además de las repercusiones legales de cumplir este requerimiento no aborda el problema de raíz.
Por otro lado, como desarrolladores también debemos pensar en cómo la tecnología cumple su función sin entrometerse o frustrar la vida del usuario. Pensar en un refrigerador inteligente que se cierra con llave cuando consumiste las calorías requeridas para ese día puede ser frustrante si has decidido tener algún invitado a cenar. El problema es el mismo, tanto nosotros los que desarrollamos como los usuarios de tecnología, abordamos la interacción con la tecnología como "inteligencia absoluta".
Es difícil predecir a dónde nos va a llevar la tecnología en los próximos 20 años o más pero es importante considerar que la tecnología es una herramienta que facilita nuestras tareas y funciones pero que no las sustituye del todo. En conclusión yo creo que el tema debe ser: ¿Cómo desarrollamos tecnología que facilite las tareas al usuario inteligente y dispuesto aprender el funcionamiento de su herramienta?
Seguimos requiriendo esfuerzo por parte del usuario pero el resultado es un usuario más inteligente, productivo y apto para tomar decisiones gracias al uso de una buena herramienta tecnológica.
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